..::Un Golpe de La Realidad::..

Un miércoles por la noche recorriendo las calles frías de Barrio Triste, repartiendo pan y chocolate y tratando de entender una realidad demasiado dura como para que otros quieran voluntariamente verla, surgieron estas palabras desde lo profundo de mi corazón.

Un alma mutilada vagando en la distancia, ves el dolor en sus ojos y aún a lo lejos lo sientes.
Su piel esta marcada por el dolor, sus huesos gritan el desespero y su boca seca no pronuncia palabra, cada poro sangrante y en sus dientes el desgaste por el constante rechinar que traen las noches frías, su cabello escaso a causa de los años y un corazón débil por el dolor.

La presente soledad esta en cada uno de sus caminos y hace meya en su destino, movimientos robóticos guían este cuerpo que casi no tiene espíritu. Una mirada vacía para evitar el dolor; buscando en el vacío una señal de donde se perdió, donde perdió su horizonte y quién es el culpable. De vez en cuando se hace consiente de su alrededor y solo ve más frío e indiferencia.

Harápos y periódicos son sus únicos tesoros, aveces los gatos y los perros lo acompañan en sus peripecias en busca de una manera de sobrevivir; camina herrante por las calles, esperando encontrar algo en el camino.

Entonces ya cuando cae el día, cansado de tanto vagar, encuentra por fin un poco de pan y expone una sonrisa mental porque su expresión se ha congelado, regresa a su pequeño mundo de cartón con nuevos tesoros que coleccionar, tesoros que a todos nos sobra, pero que él guarda como a su vida porque sin ellos deja de existir.

Con resignación y desesperación calma su hambre por un instante, o tal vez engaña a sus instintos; descansa su cuerpo deforme por los golpes de la calle sobre el mejor colchón que tiene, una caja que antes envolvió una nevera, arropa sus huesos forrados de piel con periódico y cierra sus ojos esperando y anhelando que esta sea la última vez pidiéndole a la muerte que lo abrace para siempre, así termina esa alma mutilada con el único deseo de no despertar.